miércoles, 13 de abril de 2011

Pedro Páramo - Juan Rulfo


"El calor me hizo despertar al filo de la medianoche. Y el sudor. El cuerpo de aquella mujer hecho de tierra, envuelto en costras de tierra, se desbarataba com si estuviera derritiéndose en un charco de lodo. Yo me sentía nadar entre el sudor que chorreaba de ella y me faltó el aire que se necesita para respirar. Entonces me levanté. La mujer dormía. De su boca borbotaba un ruido de burbujas muy parecido al del estertor.
Salí a la calle a buscar aire; pero el calor que me perseguía no se despegaba de mí
Y es que no había aire; sólo la noche entorpecida y quieta, acalorada por la canícula de agosto
No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que salía de mi boca, deteniéndolo con las manos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre.
Digo para siempre
Tengo memoria de haber visto algo así como nubes espumosas haciendo remolino sobre mi cabeza y luego enjuagarme con aquella espuma y perderme en su nublazón. Fue lo último que vi.


- ¿Quieres hacerme creer que te mató el ahogo, Juan Preciado?....



Jesse Sykes and The Sweet Hereafter: Hushed by Devotion

No hay comentarios: