domingo, 6 de noviembre de 2011

T.S Eliott - Cuatro Cuartetos


V

Se mueven las palabras, la música
se mueve sólo en el tiempo; mas
lo que sólo vive no puede
sino morir. Tras el discurso
las palabras aspiran al silencio
Sólo en la forma, en el trazo
alcanzan las palabras
la música, la paz, como se mueve
perpetuamente el jarrón chino
en su quietud. Pero no es la quietud
del violín mientras dura la nota,
no eso sólo, sino la coexistencia;
o digamos que precede al comienzo
el fin y que ahí estaba el principio
y el fin desde antes del principio
y después del final. Y es todo
siempre ahora. Se tensan las palabras
crujen y se quiebran a veces
por el peso y la tirantez; resbalan
se desprenden y perecen, se pudren
de imprecisión, abandonan su sitio,
no se quedan quietas. Voces que gritan,
riñen, se burlan, o que simplemente
parlotean, amenázanlas siempre.
La Palabra en el desierto es la más
acosada por tentadoras voces,
de la sombra el llanto en la danza
funeral, la lamentación sonora
de la quimera desolada



John Fahey - Night train to Valhalla:




1 comentario:

Nuesa Literària dijo...

Ciertamente solo muere lo que ha estado vivo.
Buen blog.